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DONATELLA TARASCO

Dody es una voluntaria de Italia que creó una asociación muy similar a la nuestra en su país, Maisha Safi. Antes de venir a Kenia, consiguió recaudar alrededor de 3,000 euros para cubrir proyectos en Tsunza y en Likoni. Fue muy sensible a la hora de descubrir cuáles eran las necesidades más urgentes de las comunidades para las que trabajamos y, siendo ella dentista y su madre doctora, prestó especial atención a la salud de los aldeanos. Aquí están algunas de las tareas que llevó a cabo:
Cerca de 400 euros fueron invertidos en comprar material escolar para la escuela primaria de Tsunza y para otros centros escolares del pueblo. Invirtió unos 300 euros en proyectos de salud como traer un doctor al pueblo de Tsunza para que examinara el estado de más de 120 personas y realizara análisis de sangre a más de 40. También llevó a algunos habitantes al hospital, y especialmente prestó mucho cuidado a una madre que acababa de dar a luz y a Baby Sophia, una niña de 11 meses huérfana que estaba en extremo peligro por malnutrición (la hospitalizó durante 3 semanas y la visitó frecuentemente llevándole todo lo que necesitaba para mejorar su salud).

Con 600 euros compró una sierra mecánica para cortar árboles (abundante materia prima enla zona) para empezar el proyecto del taller de carpintería que daría trabajo al menos a 5 personas. Pagó el agua necesaria para la construcción de la biblioteca y muchos útiles para la vida diaria de varios habitantes (utensilios de cocina, muebles, etc.).

Distribuyó más de 100 cepillos de dientes con su pasta que había traído de Italia, e invirtió unos 1,100 euros en terminar de construir las dos clases de Timbwani, que se empezaron con los 2,400 euros donados por Peter Bragg (Treviglas School). Pagó las cuotas universitarias, alquiler de habitación y transporte de un estudiante de Likoni, Boniface Malenje, y compró tres bicicletas para los niños de Tsunza. Aparte de todo esto, también estuvo varnizando camas, pintando la biblioteca, construyendo estanterías, limpiando la zona de la comunidad, dando clases y charlas educativas, animó a cavar un hoyo para quemar la basura lejos de la zona habitada y, sobretodo, dió muchísimo amor, cariño y ternura a todos los niños. Sin ella, y sin su sensibilidad, el voluntariado de este verano no habría sido el mismo.


WILLIAM Y SUSANNA


William y yo llegamos a Mombasa el 7 de julio y todo ese mes, con la ayuda de las 3 primeras voluntarias, lo pasamos comprando el material para los 51 niños apadrinados, el material necesario para empezar a construir la biblioteca en Tsunza, las letrinas y las duchas; también empezamos a construir las dos clases que quedaban por terminar Barcelona Block (que esta vez estuvieron financiadas por los estudiantes de Treviglass School del Reino Unido gracias a Peter y Vanessa Bragg). Nos dedicamos a pagar la universidad de Habel a quien empezamos a pagar los estudios el año pasado, fuimos escuela tras escuela a pagar las cuotas de los 3 hijos de Babu Tom y los 7 niños y nietos de Patricia (ambos trabajadores del orfanato en Likoni). También ayudamos a un chaval de 18 años a independizarse del orfanato, pagádole el alquiler y depósito de una habitación individual en la ciudad y muchas otras cosas.

Como miembros de la Junta Directiva de Children of Africa, ambos estuvimos organizando a todos los voluntarios que iban a estar en Tsunza y Likoni, les recogimos del aeropuerto, y transportamos el material necesario para llevar a cabo los proyectos que nos planteamos, desde el de los niños apadrinados, hasta arena, cemento, placas metálicas para el techo, carros de transporte, madera, herramientas, etc.

También organizamos las reuniones con el constructor que nos iba a ayudar con la biblioteca y las clases, estructurar los proyectos, organizar charlas educativas con los niños y los adultos para sensibilizarlos sobre la salud la higiene y otros temas, y estuvimos a cargo de la supervisión de la construcción de las dos clases en Timbwani, junto con Dody y María.

Hicimos aforo de un día escogido para que aquellas familias que necesitaran ayuda para llevar a sus hijos a la escuela vinieran a tomar fotos de los niños y ofrecernos su información para conseguir padrinos. Uno de nuestros objetivos principales actuales es encontrar padrinos para esos niños (pronto colgaremos las fotos en el blog).

La cantidad total de la Asociación Children of Africa invertida en Tsunza es de 7,000 euros, y 3,000 se quedaron en la cuenta de Kenia para que empiecen a construir el tanque de almacenamiento de agua (uno de nuestros proyectos de este año), incluso después de nuestra ida, y para empezar a construir el edificio donde queremos empezar el proyecto de carpintería.

PROYECTOS 2011

Viendo el éxito del voluntariado de este verano 2010, continuamos soñano con la mejora de este pueblo encantador que es Tsunza y pronto empezaremos a organizar eventos solidarios para recaudar fondos para conseguir mucho más el próximo verano. Una de nuestras prioridades es ayudar a Tsunza y sus habitantes a ser más autónomos y autosuficientes; aparte de proveerles de mejor acceso a la formación y a la sanidad. Así que sugerimos que el futuro voluntariado esté muy centrado en crear nuevas oportunidades de trabajo y en la educación. Como aún no hemos obtenido subvenciones para el proyecto del dispensario médico, este gran sueño sigue todavía con nosotros. Aquí os expongo algunas de las ideas en las que hemos estado trabajando:

1. Construcción del dispensario médico y unidad dental
2. Taller de carpintería (que daría trabajo al menos a 5 personas)
3. Taller de costura (podría dar trabajo al menos a 10 personas)
4. Taller de manufacturación de jabón (daría trabajo a unas 10 personas)
5. Clases de informática y música
6. Conseguir más libros para la biblioteca
7. Apadrinar a más de 300 niños/as


NICOLA BUSHEN Y JO ROWELL


Estas dos voluntarias de Reino Unido llegaron a Kenia el 3 de agosto y repartieron su estancia de dos semanas entre Tsunza y Likoni. Sólo estuvieron una semana en el pueblo rural de Tsunza, pero rápidamente dejaron su huella. En su país, con diversos eventos, habían conseguido recaudar 600 euros para Tsunza y otra cantidad similar para Likoni. En Tsunza este donativo fue usado para comprar material de construcción y herramientas para la construcción de la biblioteca, las letrinas y las duchas.También se usó parte del dinero para comprar algunos libros más para la biblioteca, más mantas, cubos de basura y comida para los aldeanos. Estas dos voluntarias (maestras de priamaria en su país) se dedicaron especialmente a cuidar del huerto y plantar tomates, a ayudar en tareas de construcción, a forrar libros y a entretener a los niños. En su última semana en el orfanato, trajeron un regalo para todos y cada uno de los niños, fumigaron la casa que tenía bastantes nidos de bichos, compraron colchones y reemplazaron los más viejos, jugaron con los niños, les llevaron a la playa en varias ocasiones y muchas otras cosas.


ANNA NOGUER

Anna fue una voluntaria de Girona, cuya ocupación principal fue entretener a los niños con tantísimas actividades junto con Elena y Silvia. Entre las tres solían sacar rápidamente papeles y colores, pinturas, pegatinas o plastilina y pasar horas haciendo pasar un buen rato a los niños. Supervisaron que los niños apadrinados escribieran cartas a sus padrinos o hicieran algún dibujo para ellos, hicieron pulseras con ellos, corrieron con ellos, etc.

También dedicó mucho tiempo a forrar libros, a ayudar en la construcción de las duchas y la biblioteca,
varnizando, pintando y distribuyendo material escolar por las escuelas de la zona. Ayudó a adquirir material escolar y nos ayudó a distribuir el material de los niños apadrinados. También organizó medicinas para crear una pequeña despensa de medicinas básicas para Tsunza que clasificamos en distintos cajones de un mueble que compramos entre todos, traducimos la información de los prospectos y explicamos como usarlas a algunos ciudadanos del pueblo.


ELENA RUIZ-CHENA

Elena, nuestra última voluntaria en llegar de España (Granada), se enamoró des del primer día de Rukia, una niña huérfana de Tsunza que nos robó a todos el corazón. Aparte de pasar muchas horas jugando y cuidando de esta niña de 8 años, también fue de gran ayuda sobretodo varnizando las camas que los voluntarios habían comprado.

Antes de su llegada, con dinero de la Asociación, compramos 14 camas para que todos pudiéramos dormir en una casa del pueblo. Después decidieron restituir el dinero usado pagando cada uno por su cama como un nuevo proyecto de creación de alojamiento para futuros voluntarios, visitantes y habitantes de Tsunza. Elena también ayudó a forrar libros para la biblioteca, preparando el material escolar que íbamos a distribuir entre los 51 niños que conseguimos apadrinar, etc.

Su proyecto personal fue contrubuir pagando la mano de obra de los trabajadores que necesitamos emplear para la construcción de la biblioteca, para lo cual se necesitaron más de 200 euros que ella decidió aportar. Con su aportación también se pudo adquirir madera para construir el techo de la biblioteca y material escolar para los niños de Tsunza. Ayudó a pintar, a preparar cemento, a construir letrinas, y a preparar decenas de actividades para los niños como pintar caras, hacer brazaletes, cantar canciones, etc.

LUCÍA COBOS


Lucía, una periodista de Sevilla, también hizo grandes aportaciones al voluntariado de este verano 2010. Por defecto profesional, se pasó horas observando el estilo de vida, las costumbres y tradiciones de las gentes de Tsunza. Quería sentirse parte de la comunidad, así que pronto se vió envuelta en tareas de cocina, limpieza, y otras actividades cotidianas del pueblo como traer agua de manatiales o del grifo principal del pueblo. Evidentemente, como en muchos pueblos africanos, hombres y mujeres tiene destinadas distintas tareas y Lucía, respetando la cultura del lugar, se involucró más en las actividades de las mujeres por sentirse mejor recibida en ellas. También fue a visitar a varios aldeanos a sus distintas casas, pasando horas hablando con ellos para descubrir su modo de pensar, de ver la vida y para descubrir sus necesidades más urgentes.

También quiso contribuir al proyecto de la construcción de la biblioteca, así que compró más de 100 euros en libros que escogió personalmente, compró más material escolar, ayudó a varnizar camas, a forrar libros, a preparar cemento, pintar puertas, etc. Preocupada por la educación del lugar como estaba, también recolectó libros en España que luego donó al proyecto de la biblioteca; dió algunas lecciones de inglés con los niños y trajo medicinas que luego ayudó a clasificar y ordenar.


GIOVANNA MAZZARONE


Giovanna, una de las voluntarias de Italia, fue de gran apoyo para los niños de Tsunza, ya que fue una de las voluntarias más dulces y dió muchísimo cariño y amor a todos ellos. Jugó con ellos en todas partes, bailó con ellos, les preparaba actividades para entretenerlos, etc. También ayudó a forrar libros hasta quedar exhausta, ayudó en tareas de construcción, limpieza, y muchas cosas más. Su contrbución económica quiso donarla para ayudar a comprar cemento para pavimentar las paredes de la biblioteca y para conseguir las puertas y las ventanas.

Ayudó a Laura Ortoneda, Dody y Silvia a pintar las paredes y el suelo de la biblioteca, y a varnizar las estanterías donde pondríamos los libros. ¡El resultado fue genial!

También distribuyó material por las distintas escuelas de la zona y, junto con otros voluntarios, compró mantas para los niños ya que por las noches hacía frío y ellos lo sentían más que nosotros.


LAURA ORTONEDA Y SILVIA MARIOTTI

Laura Ortoneda, una voluntaria de Barcelona, fue también muy útil en Tsunza y pronto se dió cuenta de que todas los centros de estudio, guraderías e incluso la escuela principal de Tsunza tenían muchas carencias básicas para poder aportar una buena formación a los alumnos. Así que, después de estudiar un poco el terreno y las posibilidades, se tomó como su propio proyecto personal (aunque luego se unieron muchos otros voluntarios/as a la iniciativa) la adquisición de material escolar en cantidades industriales y organizar una distribución ordenada y equitativa de todo lo adquirido entre los distintos centros, a los que fue en persona a entregarlo mano a mano. Silvia Mariotti, Donatella Tarasco y Giovanna Mazzarone, tres voluntarias de Italia, también se volcaron en este proyecto y ayudaron tanto a la adquisición del material como en su distribución. En total compraron:

1800 CUADERNOS que distribuyeron entre Private Tuition School, Tsunza Primary School, Razul Nursery Islamic Centre, Molem Islamic Centre, etc.

975 LÁPICES, 300 BOLÍGRAFOS, 500 REGLAS, 425 GOMAS, 150 SACAPUNTAS, 100 CAJAS DE COLORES, MONTONES DE TIZA, 5 PIZARRAS, 6 MAPAS, LIBRETAS GRANDES, BOLÍGRAFOS ROJOS Y ZAPATOS PARA LOS PROFESORES, etc.

Laura y Silvia también ayudaron a preparar actividades para los niños, a forrar libros para la biblioteca, a contruir las duchas y la biblioteca, a pintar, a varnizar, entretener a los niños, entre muchísimas otras cosas y ¡a pesar de que Laura casi se rompe la pierna un par de veces!

Silvia estudo mucho más preocupada por el clima de estudio que brillaba por su ausencia en el pueblo, y decidió dar una pequeña charla sobre la importancia del hábito de estudio. Luego decidió organizar una sesiones de refuerzo escolar para los niños cada mañana de 9 a 11 y presentar el modelo a los padres para que siguieran el modelo, si les parecía bien. El modelo fue rápidamente imitado por muchos y tuvo gran éxito ya que, a la vuelta tuvimos noticias sobre la continuación de tales clases, pero ahora dentro de la biblioteca.


MARIA DELGADO Y LAURA BARRERO

Maria Delgado, la tesorera de la Asociación de Figueres (Girona), estuvo con nosotros también este año durante 20 días, y en esta vez trajo a su amiga Laura también de Figueres. La dos juntas formaron un equipo genial, cuidando la una de la otra todo el tiempo. Entre el montón de tareas que llevaron a cabo, ayudaron a comprar montones de material para las diferentes escuelas de la zona, ayudaron a forrar libros para la biblioteca, a organizarlos todo y hacer un inventario de todo el material que iba a albergar; ayudaron también a organizar y clasificar todos los libros de los 51 niños apadrinados y a repartirlos.

Habían traído ropa y material escolar desde España y fueron a dar largas caminatas para distribuirlo entre los más necesitados. También decidieron comprar una silla de ruedas para Katupa Tsuma, uno de los chicos apadrinados con muchas dificultades para andar denido a una malformación en las piernas. El chico y el padre casi lloraron al verla y nosotros nos emocionamos muchísimo. Sus últimos días los pasaron en el orfanato de Likoni, donde compraron más comida para los niños y supervisaron la construcción de las clases en Timbwani School. Fueron capaces de llevar a cabo una actividad muy intensa en un tiempo tan reducido.


PAU Y ALEXIS

Con la ayuda de Alexis Moles y Pau Menéndez (los dos arquitectos voluntarios de Barcelona e Ibiza), pudimos construir dos letrinas y dos duchas y, por supuesto, ayudaron también con la construcción de la biblioteca pública, especialmente haciendo marcos de puertas, bancos, mesas, preparando cemento, transportando bloques y piedras, etc. Todos los trabajos duros hubieran tomado mucho más tiempo sin su ayuda.

Estuvieron
reparando todo tipo de cosas, levantando muros, cavando en el suelo para colocar las tuberías de las letrinas, etc. También quisieron contribuir con la adquisición de un panel solar para la biblioteca y acarrearon con los gastos completos del proyecto y su instalación. El coste total del proyecto fue de 400 euros. ¡Y la luz finalmente llegó a Tsunza!

También fueron geniales con los niños y no podían parar de cuidar de ellos, jugar y organizar deportes para aquellos que lo deseaban. ¡Todos les echan de menos en Tsunza!




JORDI Y ANNA
El último fin de semana de julio Anna y Jordi, una pareja de Girona, también visitaron Likoni y Tsunza. Habían recaudado fondos para los dos lugares y gastaron la mitad de la cantidad comprando comida para el orfanato de Likoni y la otra mitad comprando comida para 14 familias de Tsunza y un carro de transporte que nos fue más que útil para transportar todo tipo de cosas. Jordi también construyó un columpio para distracción de los niños que lo recibieron con mucha alegría. Gracias chicos!




LORENA Y MONICA RUBIRA

Dos voluntarias de Teruel encantadoras y con mucha energía. Estas dos gemelas ayudaron a empezar la construcción de las dos aulas restantes de Barcelona Block, el block de tres aulas para la escuela de Timbwani que empezamos a construir el verano pasado. También decidieron llevar a los niños del orfanato que lo necesitaban al doctor y llevaron material escolar y ropa para bebés a Tsunza durante el fin de semana que visitaron el pueblo. Compraron una litera, sábanas y varios colchones para el orfanato ya que, cuando llegaron, no había suficientes camas y varios niños estaban durmiendo en el suelo. Restauraron muchos de los muebles de la casa y compraron otros. Solían comprar un buen desayuno para los niños cada mañana, y les consiguieron zapatos y ropa interior ya que muchos estaban necesitados.

Además pagaron el alquiler mensual del orfanato (250 euros) y compraron comida para los niños, así como material escolar. Al ver el desorden y caos que había entre los chavales del orfanato, decidieron organizar algunas sesiones de estudio nocturnas y crear un ambiente de estudio más que necesario entre ellos. Pero también eran conscientes de la necesidad de diversión y relax, así que les llevaron de excursión y organizaron muchas actividades divertidas con ellos, como montar a caballo, montar en mini-quad, etc. Los niños lo pasaron en grande con ellas y no las olvidarán fácilmente.




AINA NOGUERA

Después de dos semanas en Kenia, la tercera de nuestras voluntarias llegó, Aina Noguera de Mallorca, que fue una gran ayuda tanto en Likoni como en Tsunza. Aina fue etiquetada como la animadora número uno de Children of Africa por ser la mejor entreteniendo a los niños, la más payasa, la más dinámica y la más deshinibida. Los niños la adoraron des del primer instante, y fue capaz de hacer reír incluso al más serio cada día.

Enseñó canciones divertidas, organizó partidos de fútbol, lecciones de Swahili-Inglés bajo un árbol, y muchísimo más. Contribuyó al desarrollo de Tsunza adquiriendo la madera necesaria para construir el techo de la biblioteca y para hacer las estanterías, además de varnizar camas, forrar libros incansablemente, traer rocas y bloques, etc. Aina pasó al recuerdo de los aldeanos y, en especial de los niños, como un tsunami de energía, un ciclón de interminable alegría y euforia que dejó huella en todos, habitantes de Tsunza y voluntarios. ¡Gracias Aina por poner tanta pasión en todo lo que haces!




ALBERT Y MONTSE BRUGAT

Los últimos voluntarios de Tsunza ya han abandonado el poblado. Albert y Montse, una pareja de Figueres (Girona), han sido los últimos en pasar un mes entero en Tsunza para llevar a cabo varios proyectos. La llegada de nuevos voluntarios siempre significa la continuación de unos proyectos que, cuando el grupo se va, quedan en el aire, como si de sueños se trataran. Ellos se encargaron de darles forma y convertirlos en realidad. Por un lado, decidieron invertir en la creación del taller de carpintería, para lo cual adquirieron bloques más de 1000 bloques de piedra y montones de cemento, y en menos de una semana ya habían levantado medio edificio que, en verano el resto del grupo se encargará de terminar. Además, empezaron a estudiar y analizar las posibilidades de uno de los proyectos que tenemos en mente para verano de 2011: lecciones de música.

Albert conocía bastantes instrumentos y sabía de música, así que le dimos la misión de verificar materiales y precios en tiendas de instrumentos de Mombasa y adquirir unos cuantos para ver cómo reaccionaban los habitantes, evaluar las edades donde más incidir con estas lecciones, qué instrumentos son más aceptados y mejor manipulados, etc. Llevaron a cabo una labor estupenda que nos ha allanado mucho el camino de caras al próximo gran voluntariado de grupo, además de pasarlo genial tocando varios instrumentos con los niños y organizar actividades para entretenerles prácticamente todos los días. ¡Gracias por vuestra gran ayuda, chicos!